sábado, 5 de abril de 2008

Rituales, alianzas y pornografía


En el blog de Coxis, del que últimamente soy adicto, al igual que de los otros que aparecen en esta página, leí un comentario sobre su llegada a un nuevo puesto de trabajo. Sus compañeras, inmediatamente después de las presentaciones, miraron hacia sus manos para ver si encontraban la reveladora alianza. Al no verla pensaron .......... posibilidad de vía libre. Realmente, estamos en una sociedad absolutamente ritualizada en la que buscamos símbolos que nos informen sobre las personas. El problema es cuando no nos gusta llevarlos o nos sentimos incómodos -mi caso- con cadenas, anillos, muñequeras y pulseritas y tenemos que soportar determinadas persecuciones. Las pareja no suelen, salvo excepciones, durar más de dos años -hablo por mí, naturalmente, aunque tengo mi record en una relación de siete años-. Es bastante incómodo, especialmente en el trabajo, comentar en cada momento con quien compartes o no tu vida, además, si eres discreto, guardas un prudente silencio porque a nadie le debería importar. No se sabe muy bien porqué pero todas las insinuaciones te llegan cuando compartes tu vida con alguien, en etapas de sequía no te llega ninguna, eres tú quien tiene que lanzarse al vacío. Habrá que idear algún método que facilite las cosas. No pensaba hablar de mis elucubraciones mentales pero, a partir de una entrada de puntoaparte y otra de capri, he decidido que no me importa que este blog sea pornográfico, me explico: nada que ver con el sexo pero si con los pensamientos que nos llegan y que no solemos comentar en vivo y en directo. Quizás la solución a lo que expongo sea buscar un ideograma que transmita algo tan simple como: libre u ocupado, aunque solo para quien nos interese.

6 comentarios:

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

¡Hola! Me encantó la foto y los razonamientos...No entiendo porqué la gente tiene que saber si estamos libres o ocupados y todo eso. Alomejor es que el país en el que estamos es indiscreto por naturaleza, y nosotros no tenemos culpa alguna.
Por cierto que tb. me estoy enganchando con el blog de Coxis.

el otro amante dijo...

Hola, acabo de visitar tu blog y dejarte un comentario. Navegando, navegando he encontrado noticias sobre Helmut Berger, le han dado un premio en la pasada Berlinale; he buscado fotos de la entrega y nada. A saber como estará a estas alturas el "muso" de Visconti que nació en 1944 .....,
a presto

The Walking City dijo...

Yo siempre he pensado que en los trabajos nos vemos sometidos a una dinámica muy especial de comportamiento. Tenemos que pasar un mínimo de 8 horas al día allí, y demás no podemos elegir a nuestros compañeros, así que tenemos que estar con los majos y los menos majos. En fin, un rollo porque al final pasas más tiempo en el curro que con tus amigos, y no me parece muy saludable que tus amigos sean tus compañeros de trabajo.

el otro amante dijo...

Lo del trabajo es realmente complicado, funksturm. Es cierto lo que dices, son horas y horas las que pasamos allí. Para colmo cuando tienes que quedar fuera para adelantar algo o hacer los famosos "proyectos" que nos invaden con 1000 y una normativas, es peor. No, no es nada sano que tus amigos sean tus compas, hay que resistirse porque si hay algún problema después se paga caro y está además esa frase tan estupenda de "donde tengas la olla, no metas la .....". Lo suyo son soluciones alternativas.

coxis dijo...

desde luego que lo más alucinante del caso es lo imprudente e indiscreta que puede ser la gente en ocasiones. Además de preguntarte directamente, están las miradas "de arriba a abajo" tan de otra época.

El enganche a mi blog no es nada perjudicial para la salud (que yo sepa), así que muchas gracias

Puntoaparte dijo...

Pues sí, yo muchas veces veo el trabajo como una prolongación del instituto o como la una corrala de vecinos ... Y si no entras en el juego ya te tachan de mal compañero e incluso, en algunos casos, puede afectar a tu futuro en la empresa.
Todo un problema para los que gustamos de la intimidad y de simplemente ir por libre por la vida.

Ah, y bienvenido al club de los pornográficos del alma, jeje.